Otra manera de beber (vinos sin alcohol)
Durante
la estación más cálida del año el cuerpo pide líquido a gritos. Aunque uno
tenga claro que lo que hay que darle es agua, sobran las ocasiones en que por
querer variar, por estar con amigos o simplemente por paladear algo que se
salga de la rutina, el líquido más preciado de la Tierra no es el que nos
tomamos. El verano se acompaña de una relajación de las costumbres saludables a
que nos obligamos en invierno, para caer en la tentación de las bebidas
alcohólicas, tentación por la que lloraremos en otoño cuando notemos con
disgusto esa barriguita horrenda o esos kilos de más que tanto cuestan de
aniquilar. ¿Por qué no ir más allá de la cerveza y el trago largo?
Los zumos naturales son una
opción a tener en cuenta para compensar las pérdidas de electrolitos producidas
por el sudor. La lista de verduras y frutas recomendables es amplísima y cada
una aporta diferentes beneficios, siendo las primeras menos calóricas. Solo
necesitamos nuestra imaginación.
El café y el té fríos o helados con o sin
limón (que aporta vitaminas y antioxidantes) renacen cada temporada. Menos
conocidas, pero más aconsejables, son las infusiones. En un
reciente viaje a Indonesia descubrí una bebida deliciosa en frío: el té de
jengibre. El que había probado antes aquí era insípido, pero en Asia la raíz es
más fresca y la machacan para ponerla en agua hervida con o sin té (se puede
hacer cortándola a láminas y aplastándola con una mano de mortero); se le añade
azúcar de caña y limón al gusto.
Un sustituto novedoso a vinos y espumosos es su
versión desalcoholizada, que
aporta unas 23 kilocalorías por 100 ml y permite beber a voluntad. Se trata de someter
el vino a un proceso complejo para extraerle el alcohol y no tiene nada que ver
con el mosto, muy dulce y calórico; lo único que se hace es quitar el alcohol, por
lo que se mantienen las otras propiedades (aroma, sabor, vitaminas, minerales…)
con la ventaja de no ser tóxico para el hígado. El tinto, además, es muy
apreciado por los cocineros. Quienes no han probado nunca el alcohol se
entusiasman con estos vinos, que están entrando con fuerza en el mundo
musulmán. Para los demás paladares recomendaría la bebida con burbujas que,
servida entre 5 y 8 grados, aporta aromas de flores, uva y fruta. En España el
único comercializado es el Nubiola
y puede encontrarse en grandes superficies y en Tannic. Al contener un 0% de alcohol pueden tomarlo las
mujeres embarazadas y los jóvenes.
El verano es un buen momento para descubrir
nuevos sabores y no permanecer anclados en los de siempre. El paladar también
merece el estímulo de apuestas originales. ¡A por ellas!
(foto libre de Dreamstime)
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Breve y conciso. Gracias.