Sexo +60 (post 5 de 14)-biología evolutiva y neurobiología

Desde el origen de los tiempos el hombre ha marcado las pautas sexuales, y no es por casualidad. Según la biología evolutiva, el macho siente la necesidad, a lo largo de la vida, de compartir sus genes (el semen) con tantas hembras como le sea posible. Esto y mucho más nos lo explica Ambrosio García Leal (asesor científico del Cosmocaixa de Barcelona) en un estudio sobre sexualidad: La conjura de los machos, una obra fascinante que descubre y explica, entre otros, el porqué de los comportamientos sexuales. También Catherine Vidal (directora de investigaciones del “Institut Pasteur” de París) se ha dedicado al tema, desde otro punto de vista. Opina que, aunque existen diferencias entre las zonas cerebrales que controlan la reproducción y que son específicas para cada sexo, si se estudian las zonas cognitivas (razonamiento, memoria, atención, lenguaje), la diversidad es la norma. El hombre y la mujer tienen cerebros distintos, de la misma manera que no existen dos cerebros iguales entre individuos del mismo sexo. Resumiendo: hay enormes diferencias cerebrales entre individuos, pero no están ligadas al sexo. El motivo es que los circuitos neuronales se van construyendo según la historia de cada persona, o sea que no tiene sentido crear estereotipos ligados al sexo. Así, afirma la neurobióloga francesa, es demasiado simplista atribuir la agresividad y la competencia a la testosterona masculina y la sensibilidad y sociabilidad a los estrógenos femeninos.
El que el hombre sienta la necesidad biológica de prodigar su semen tiene muchas consecuencias sociales. Pondremos solo dos ejemplos. En muchos lugares del planeta, la parte estable de la sociedad corre a cargo de la mujer, porque el hombre va y viene por trabajo, y es ella quien cuida de la descendencia educándola y protegiéndola. Los miembros de la Iglesia Mormónica, una rama del cristianismo, tienen una serie de peculiaridades que vienen al caso: la mujer sirve para ser esposa y madre (el número perfecto de hijos es de 6). En el mercado de las citas, el hombre tiene el poder; las mujeres mormonas son adictas a la cirugía estética porque los hombres se muestran muy exigentes en cuanto al físico (de ellas, claro); consideran además que el sexo oral no es sexo. ¿A quién perjudica más todo eso? A la mujer, por supuesto.
 (foto de foter.com, @moralee)



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